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Writer's pictureIdania Gonzalez, Sommelier/Brand Ambassador

Señorío del Líbano, 'secreto' de Sajazarra.

Hola mis queridos amigos! Seguimos contándoles sobre nuestro reciente recorrido por ciudades y bodegas de España. Como les habíamos prometido la semana anterior, la Rioja fue un punto obligado en nuestro itinerario. Esta denominación es conocida principalmente por sus vinos tintos, de carácter, con capacidad de envejecer complejamente por mucho tiempo. Y aunque la región es hogar del Tempranillo, en la Rioja la mayoría de los vinos se mezclan con cantidades más pequeñas de uva Garnacha, Graciano y Mazuelo. Aquí descubrimos una bodega encantadora, no solo por su manera de hacer vinos sino por su historia y contribución al pueblo de Sajazarra.

Viñedos de Señorío del Líbano en La Rioja Alta.


Fuimos recibidos por Bárbara De Miguel y Javier Cornado, mánager de exportaciones y director general de la bodega respectivamente. A ellos les debemos la excepcional impresión que dejara en nosotros uno de los pueblos más lindos de España. Sajazarra es un conjunto histórico-artístico fortificado con arcos ojivales en sus muros. Destaca desde luego, el impresionante castillo del siglo XIV, que es uno de los mejor reformados de La Rioja. La Iglesia de la Asunción, de los siglos XII y XIII, que exhibe varios estilos arquitectónicos, tiene se encuentra junto al castillo. Su interior guarda una imagen de la Virgen de La Antigua.


Castillo de Sajazarra, vista panóramica.


El nombre de Sajazarra evoca resonancias de firmeza y robustez, de ese mismo vigor del que aún se enorgullecen los sillares centenarios de su castillo, de la majestad que exhiben sus torreones, sus matacanes, sus saeteras. Sajazarra trae ecos de poder, el que probó su recinto amurallado durante las muchas y cruentas refriegas entre los reinos medievales que presenciaron sus almenas.


Degustando vinos y la excelente comida de la región!


¿Pero cuál es el nexo entre este pueblo, el castillo y la bodega? Sajazarra está a unos 10 kilómetros al oeste de Haro, en la parte más alta de La Rioja Alta. El pueblo se vincula a la familia Líbano, la cual adquirió el histórico edificio a finales de los años 60 del siglo pasado. Con el fin de convertirlo en el hogar de la familia, se comienza con esmero e ilusión una restauración del castillo (muy castigado por los años). Mientras se desarrollaban los trabajos, el castillo ‘reveló’ su secreto mejor guardado, unos lagares para la elaboración de vino y una prensa. Lo cual se interpretaría como un presagio, una señal para nuevos comienzos. Así la acaudalada familia comienza a adquirir tierras en la falda de los Montes Obarenes, enclave idóneo por su suelo arcilloso-calcáreo al abrigo de los vientos. Ahí se cultivan viñedos, mayoritariamente de tempranillo el cual se vendimia a finales de octubre como en toda la zona extrema de La Rioja Alta. Así, en el año 1973, se obtiene el primer vino. Una vez degustado y comprobada su excelente calidad, a la altura de los mejores vinos de la zona, se procede a su comercialización. Se aumenta el número de barricas, se adecuan las instalaciones y, por fin, la bodega se traslada a unos edificios de nueva planta ubicados en los jardines del castillo que fueran celosamente diseñados para respetar la armonía estética del entorno.


Javier y Bárbara, nuestros anfitriones!

Este es el noble origen de Señorío del Líbano y una de sus marcas, Castillo de Sajazarra, un vino que expresa con elegancia y carácter, la tradición y el terroir con que es hecho.


La bodega, a pocos metros del castillo, es de singular belleza: castillo, jardines, bodega y viñedos forman una unidad, constituyendo lo que los periodistas denominan un "auténtico chateau", completado por la muralla y el puente romano.


Señorío del Líbano se destaca por el uso exclusivo de sus propias uvas para la elaboración, tanto en La Rioja como en Alella. O sea, los vinos de la bodega son 100% elaborados con uvas de los viñedos de la propiedad, cultivadas con desvelo. El máximo respeto por el medio ambiente y el producto, fuera y dentro de la bodega, marca una diferencia que se percibe desde los propios campos. Una parte de las viñas son de cultivo ecológico, y el resto se manejan en producción integrada, manteniendo un ecosistema equilibrado y vivo. Ya dentro de la bodega, hay un cuidado extremo por los jugos, el vino no se filtra ni se clarifica, tampoco se refrigeran los vinos tintos.


¿El resultado? Vinos de trago largo, que invitan, fáciles de beber pero que a la vez resultan diferentes, complejos y elegantes. Estamos totalmente cautivados por vinos como Digma, In Vita o el propio Castillo de Sajazarra. ¡Al parecer, este es también el sentir del conocido experto James Suckling quien ha otorgado calificaciones por encima de 90 puntos a todos los vinos que de la bodega ha catado!



Y ya nos vamos despidiendo por hoy, no sin antes agradecer infinitamente a nuestros anfitriones Javier y Bárbara quienes enriquecieron cada experiencia con su afabilidad y vasto conocimiento de La Rioja. Gracias por mostrarnos vuestra gastronomía y por brindarnos de su tiempo. ¡Llevamos a Sajazarra en el corazón!


¡El próximo miércoles les contaremos sobre nuestra estancia en Navarra!

Hasta entonces mis amigos... Santé!


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